La mejor leche para intolerantes a la lactosa: beneficios de la leche sin lactosa

La intolerancia a la lactosa se manifiesta con algunos síntomas intestinales debidos a la mala absorción de la lactosa. La definición técnica de la lactosa dice que es un disacárido que contiene la leche que una vez ingerida se hidroliza en gelactosa y glucosa por la acción de una enzima que desarrolla el organismo de forma natural llamada lactasa. 

La lactasa ayuda a descomponer la lactosa en el intestino delgado, contribuyendo a su digestión, por lo que cuando una persona no desarrolla de forma natural esta enzima, se dice que es intolerante a la lactosa ya que cada vez que ingiere lactosa sufre síntomas como dolor y malestar abdominal, flatulencia, náuseas o incluso vómitos. 

Sin embargo, eliminar totalmente el consumo de lacteos no es necesario y podría llevar a un déficit en la ingesta de algunos macro y micronutrientes como el calcio. Es por ello, que para que puedan incluir la leche en su alimentación, se ha desarrollado la leche sin lactosa, que no es más que leche a la que se le añade directamente la enzima lactasa. 

Beneficios de la leche sin lactosa, (o con lactasa)

En primer lugar, el primer y principal beneficio de la leche sin lactosa es que gracias a ella, las personas con intolerancia a la lactosa pueden incluir en su alimentación entre 2 y 4 raciones de lácteos (sin lactosa)  al día.

Y este un vaso de leche de 200 ml aporta 220 mg de calcio, lo que permite alcanzar el 28% de las necesidades de este nutriente en nuestro organismo. 

Por tanto, la leche sin lactosa suple ese déficit de la enzima lactasa en los intolerantes y hace que puedan digerir la leche sin problemas. Además sin renunciar al sabor y a las propiedades de la leche. 

Sin embargo,  no es recomendable que una persona sin intolerancia a la lactosa, la tome de forma habitual, ya que está tomando una enzima que en su caso no es necesaria y es precisamente esto lo que puede provocarle problemas de indigestión.

Por tanto, la leche sin lactosa no difiere de una leche clásica en su contenido en lactosa, proporcionando la misma cantidad de otros nutrientes, como proteínas, grasa, vitaminas y minerales. Su sabor, ligeramente más dulce que el de la leche clásica, es debido al poder endulzante  de los dos azúcares resultantes de la acción de la lactasa adicionada. El poder edulcorante de la lactosa de la leche es un 15% menor que el de la sacarosa (azúcar común de mesa, compuesta por glucosa y fructosa).

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